Los procesos metabólicos y la capacidad
del riñón para manejar selectiva mente las sustancias que reciben son tres
factores principales en cuanto a la composición de la orina.
En un adulto normal, unos 1200 ml de sangre pasan por
el riñón en un minuto y exponen el plasma a la membrana semipermeable de cada
glomerulo activo. El utra filtrado que se recoge de la capsula de Bowman tiene
todas las sustancias del plasma que son capaces de pasar por la membrana. el PH
de filtrado (7.4) y su osmolalidad son los mismos que los del plasma. La
modificación d este filtrado para producir la orina excretada tiene lugar en
los tubulos y en el colector de la nefrona. La glucosa, los aminoácidos, y
otras sustancias no filtradas se resorben en los tubulos proximales y dejan a
la urea, el acido urico, los fosfatos y otras sustancias en el filtrado. al
mismo tiempo que el liquido alcanza el aza de henle en la médula, el flujo
originado de 130 ml por minuto se reduce aproximadamente a unos 16 ml por
minuto a causa de la absorción de la mayor parte de agua y de los electrolitos.
en el tubulo distal se debe absorber mas a agua, y entonces la orina se
acidifica. Una absorción ulterior de agua puede acontecer en el conducto
colector el filtrado ahora se reduce a un flujo aproximado de 1 ml por minuto y
tiene un PH de 6 y una osmoalidad de alrededor 800 a 1200 mOsm por kg de agua.
TOMA DE LA MUESTRA:
Esta será tomada dentro de las primeras
horas de la mañana y en un recipiente completamente estéril, esto para evitar
que la muestra se contamine.
Se deberá desechar el primer chorro se
orina, después dejar caer el siguiente chorro de orina en el recipiente
estéril, no es necesario llenar el recipiente, bastara con 5 ml
aproximadamente.
EXAMEN GENERAL DE
ORINA:
EXAMEN FÍSICO:
Volumen: Solo
se mide cuando se junta la orina de 24 horas. En este caso se usa una probeta
de vidrio graduada de 1000 ml.
Densidad: Se
llena por capilaridad la cámara de refractómetro y se lee la densidad de la
orina en la escala exprofeso.
Apariencia: Se
valora con o sin sedimento.
Color: se
determina el color que presenta.
ANÁLISIS QUÍMICO:
Se utiliza una tira reactiva, la cual en forma
inclinada se introduce en la orina, 15 segundos procurando que todos los
cojines de la tira queden húmedos. Se saca la tira y en forma horizontal se
golpea ligeramente para quitar el exceso de muestra y se compara con los
resultados del paquete.
FUNDAMENTO
DE TIRAS REACTIVAS:
PH: La
mezcla de los colorantes de rojo de metilo y azul de bromotimol, permite
obtener ph de 5 a 9 con coloraciones que varían de amarillo a verde o azul.
Proteínas: El
indicador de tetrabromofenol azul tiene coloración amarilla, que en presencia
de proteínas cambia de verde amarillento a azul verde por la formación de
complejos químicos.
Glucosa: La
glucosa oxidada reacciona con la glucosa presente en la orina con eliminación
de dos átomos de hidrogeno, los que se combinan con el oxígeno atmosférico y
forman peróxido de hidrogeno, el que en presencia de la peroxidasa oxida la
orto-toluidina, que pasa de incolora a color azul, proporcional a la cantidad
de glucosa presente.
Acetona: El
ácido acético con nitroprusiato de sodio y en presencia de ácido aminoacetico
forma un complejo colorido.
Hemoglobina: La
hemoglobina de la sangre catalíticamente desdobla el peróxido de hidrogeno con liberación
de oxígeno, el cual oxida a la o-toluidina, con formación de color azul.
ANALISIS
MICROSCOPICO:
A un tubo de ensaye adicionar 5 ml de
orina, y centrifugar a 3500 r.p.m durante 5 minutos, del sedimento obtenido,
adicionar 1 gota a un portaobjetos colocar un cubre obejor y observar en
10 y 40 x.
Entre las células que pueden estar presentes en la
orina se encuentran eritrocitos (hematíes o glóbulos rojos), leucocitos
(glóbulos blancos) y células epiteliales provenientes de cualquier punto del
tracto urinario, desde los túbulos hasta la uretra, o como contaminantes
procedentes de vagina o vulva.
ERITROCITOS
Los hematíes presentes en la orina pueden provenir de
cualquier punto del tracto urinario, desde el glomérulo hasta el meato
urinario, y en la mujer constituyen a veces contaminación menstrual.
Pueden aparecer en diversas formas, según el medio de la orina. Cuando la
muestra de orina es fresca, los hematíes presentan aspecto normal de color
pálido o amarillento, son discos uniformes bicóncavos de aproximadamente 7 m de
diámetro y 2 M de grosor. Carecen de núcleo y cuando se observan en incidencia
lateral tienen el aspecto de vidrio de reloj. En las orinas diluidas o
hipotónicas, los hematíes se hinchan y pueden lisarse, liberando de este modo
su contenido de hemoglobina en la orina. Las células lisadas, que forman como
corpúsculos fantasmas o eritrocitos acrónicos, son círculos tenues incoloros
(se trata en realidad de las membranas del eritrocito vacío), también se
produce lisis en orinas alcalinas. En las orinas hipertónicas hay crenación de
los hematíes, que se parecen a veces a gránulos. En ocasiones pueden verse en
el sedimento urinario hematíes microcíticos.
LEUCOCITOS.
Los glóbulos blancos
pueden entrar en cualquier punto del tracto urinario desde el glomérulo hasta
la uretra. En promedio, la orina normal puede contener hasta 2 glóbulos
blancos/campo de gran aumento. Los leucocitos tienen un diámetro aproximado de
10-12m ; en consecuencia son de mayor tamaño que los eritrocitos pero más
pequeños que las células del epitelio renal.
Los eritrocitos tienen
por lo general forma esférica y color gris oscuro o amarillo verdoso. Puede
aparecer en forma aislada o en acúmulos. La mayoría de los leucocitos dela
orina son neutrófilos, y habitualmente se les identifica por sus gránulos característicos
o por las lobulaciones del núcleo.
CÉLULAS EPITELIALES.
Las células
epiteliales presentes en la orina pueden provenir de cualquier sitio del tracto
urinario, desde los túbulos contorneados proximales hasta la uretra, o la
vagina. Normalmente pueden encontrarse algunas células epiteliales en la orina
como consecuencia del desprendimiento normal de células viejas. Un incremento
marcado indica inflamación de la porción del tracto urinario de donde proceden.
Es muy difícil hacer
la distinción del sitio de origen de las células epiteliales. Por esta razón
muchos laboratorios informan su presencia sin intentar diferenciarlas. En los
casos en que la distinción es posible pueden reconocerse tres tipos
fundamentales de células epiteliales: tubulares, de transición y pavimentosas.
CÉLULAS EPITELIALES DEL TÚBULO RENAL.
Las células de los
túbulos renales son ligeramente más grandes que los leucocitos y poseen un
núcleo grande y redondeado. Pueden ser planas, cúbicas o cilíndricas. La
presencia de un número elevado de células epiteliales tubulares sugiere daño
tubular, que puede producirse en enfermedades como píelonefritis, necrosis
tubular aguda, intoxicación por salicilatos, y en el rechazo del riñón
transplantado.
CÉLULAS EPITELIALES DE TRANSICIÓN.
Son de dos a cuatro
veces más grandes que los leucocitos. Pueden ser redondeadas. Piriformes o con
proyecciones apendiculares. En ocasiones poseen dos núcleos. Las células de
transición revisten el tracto urinario desde la pelvis renal hasta la porción
proximal de la uretra.
CÉLULAS EPITELIALES PAVIMENTOSAS O
ESCAMOSAS.
Las células
epiteliales pavimentosas se reconocen fácilmente por ser de gran tamaño, planas
y de forma irregular. Contienen núcleos centrales pequeños y abundante
citoplasma. El borde presenta a menudo pliegues, y la célula puede estar
enrollada en un cilindro. Las células epiteliales pavimentosas provienen
principalmente de la uretra y de la vagina. Muchas de las que se encuentran en
la orina de la mujer son el resultado de la contaminación vaginal
o vulvar y en esos casos poseen escaso significado diagnóstico.
Por lo general no se encuentran cristales en la orina
recién emitida, pero aparecen dejándola reposar durante un tiempo. Cuando la
orina esta sobresaturada con un compuesto cristalino particular, o cuando las
propiedades de solubilidad de éste se encuentran alteradas, el resultado es la
formación de cristales. En algunos casos esta precipitación se produce en el
riñón o en el tracto urinario, y puede dar lugar a la formación de cálculos
urinarios (piedras).
Muchos de los cristales que se encuentran en la orina
poseen escasa significación clínica, excepto en casos de trastornos
metabólicos, de formación de cálculos y en aquellos en que sea necesario
regular la medicación. Entre los cristales de mayor importancia se encuentran
la cistina, la tirosina, la leucina, el colesterol y las sulfamidas. Los
cristales pueden identificarse por su aspecto y, si fuera necesario, por sus
características de solubilidad. Como la formación de los cristales suele ser
dependiente del pH, es útil conocer el pH de la orina al efectuar el examen
microscópico.
CRISTALES
EN ORINAS ÁCIDAS.
Los cristales que se encuentran comúnmente en las
orinas ácidas son el ácido úrico, oxalato de calcio y los uratos amorfos. Con
menos frecuencia hay cristales de sulfato de calcio, uratos de sodio, ácido
hipúrico, leucina, tirosina, colesterol y sulfamida.
CRISTALES
DE ÁCIDO ÚRICO.
Los cristales de ácido úrico pueden aparecer con muy
diversas formas, las más características son el diamante o el prisma rómbico y
la roseta, constituida por muchos cristales arracimados. En ocasiones pueden
tener seis caras, y en estos casos se identifican a veces en forma errónea como
cristales de cistina (que son incoloros). Los cristales de ácido úrico con
frecuencia están teñidos por los pigmentos urinarios y en consecuencia tienen
color amarillo o rojo-castaño. El color por lo general depende del grosor del
cristal , por eso cristales muy delgados pueden ser incoloros.
CRISTALES
DE OXALATO DE CALCIO.
Éstos son incoloros, de forma octaédrica o de
"sobre"; parecen cuadrados pequeños cruzados por líneas diagonales
que se interceptan. Raras veces se presentan como esferas ovales o discos
bicóncavos, que tienen forma de pesas de gimnasia cuando se los ve en
incidencia lateral. Estos cristales pueden variar de tamaño, de modo que a
veces son sólo escasamente discernibles bajo magnificación de alto poder. Al
enfocar un típico cristal de oxalato de calcio el observador ve la
"X" del cristal sobresaliendo en el campo.
URATO
AMORFO.
Con frecuencia hay en la orina sales de urato (sodio,
potasio, magnesio y calcio) en una forma no cristalina, amorfa. Estos uratos
amorfos tienen aspecto granular y color amarillo-rojo, son solubles en
alcalosis y a 60º C de temperatura. Carecen de significación clínica.
CRISTALES
DE ÁCIDO HUPÚRICO.
Son prismas o placas alongadas amarillo-castaño o
incoloras. Pueden ser tan delgados que parecen agujas, y con frecuencia están
agrupados. Son más solubles en agua y en éter que los cristales de ácido úrico.
Se observan con escasa frecuencia en la orina y prácticamente carecen de
significación.
URATOS
DE SODIO.
Pueden existir como sustancias amorfas o como
cristales. Los cristales de urato de sodio son agujas o prismas delgados,
incoloros o amarillentos que se presentan en grupos o racimos. Son solubles a
temperatura de 60ºC y sólo ligeramente solubles en ácido acético. Los uratos
carecen de significación clínica.
CRISTALES
DE SULFATO DE CALCIO.
Son agujas o prismas largos, delgados e incoloros, de
aspecto idéntico al de los cristales de fosfato de calcio. El pH de la orina
ayuda a diferenciar estos dos tipos de cristales; el sulfato de calcio se
encuentra en orinas ácidas mientras que el hallazgo de fosfato de calcio es
habitual en orinas alcalinas. El sulfato es también extremadamente soluble en
ácido acético. Es raro ver cristales de sulfato de calcio en la orina, carecen
de significación clínica.
CRISTALES
DE CISTINA.
Son placas hexagonales, refringentes e incoloras cuyos
lados pueden ser iguales o no. Pueden aparecer en forma aislada, unos sobre
otros, o en acúmulos. Con frecuencia poseen un aspecto estratificado o
laminado.
La presencia de cristales de cistina en la orina
siempre tiene importancia aparecen en pacientes con cistinosis o cistinuria
congénitas y pueden formar cálculos.
LEUCINA.
Los cristales de leucina son esferoides oleosos,
altamente refractarios, de color amarillo o castaño con estriaciones radiales y
concéntricas. Es probable que estén formados puramente por leucina, ya que la
leucina pura cristaliza en forma de placas. La leucina es soluble en ácido
acético caliente, alcohol caliente y álcalis; es insoluble en ácido
clorhídrico.
TIROSINA.
Los cristales de tirosina son agujas muy finas,
altamente refringentes, que aparecen en grupos o acúmulos. Los acúmulos de
agujas con frecuencia parecen de color, sobre todo en el centro, pero pueden
tomar una coloración amarilla en presencia de bilirrubina. Los cristales de
tirosina son solubles en hidróxido de amonio y en ácido clorhídrico, pero
insoluble en ácido acético.
CRISTALES
EN ORINAS ALCALINAS
Entre los cristales que pueden encontrarse en orinas
alcalinas se incluyen los siguientes: fosfato triple (fosfato
amónico-magnésico), fosfatos amorfos, carbonatos de calcio, fosfato de calcio y
biuratos de amonio, también denominados uratos de amonio.
FOSFATO
TRIPLE.
Los cristales de fosfato (fosfato amónico-magnésico)
pueden existir en orinas neutras y en orinas alcalinas. Son prismas incoloros
de tres a seis caras que con frecuencia tienen extremos oblicuos. El fosfato
amónico-magnésico a veces puede precipitar formando cristales plumosos o con
aspecto de helecho. Los cristales de fosfato triple son solubles en ácido
acético.
FOSFATO
AMORFO.
Las sales de fosfato con frecuencia están presentes en
la orina en forma no cristalina, es decir, como sustancias amorfas. Estas
partículas granulares carecen de una forma definida y por lo general a simple
vista son indistinguibles de los uratos amorfos. El pH de la orina, así como
sus propiedades de solubilidad ayudan a distinguir entre estos depósitos
amorfos, los fosfatos amorfos son solubles en ácido acético mientras que los
uratos amorfos no lo son. Los fosfatos amorfos carecen de significación
clínica.
CARBONATO
DE CALCIO.
Los cristales de carbonato de calcio son pequeños e
incoloros, aparecen con forma esférica o de pesas de gimnasia, o en masas
granulares de gran tamaño. Tienen mayor tamaño que las masas de las sustancias
amorfas, y cuando aparecen en acúmulos parecen tener color oscuro. En la masa
de cristales de carbonato de calcio, contrariamente a lo que ocurre con los
acúmulos de fosfatos amorfos, existe conexión de los cristales a nivel de sus
bordes.
FOSFATO
DE CALCIO.
Los cristales de calcio son prismas largos, delgados e
incoloros con un extremo puntiagudo, ordenados formando rosetas o estrellas
(fosfatos estelares), o en forma de agujas. Pueden también formar granulares,
de gran tamaño, delgadas e irregulares, flotantes en la superficie de la orina.
Los cristales de fosfato de calcio son solubles en ácido acético diluido.
BIURATO
DE AMONIO.
Los cristales de buriato de amonio, o simplemente de
urato de amonio, se encuentran en orinas alcalinas y neutras y ocasionalmente
en orinas ácidas. Los cristales de biurato de amonio, son cuerpos esféricos de
color amarillo castaño con espículas largas e irregulares. Su aspecto con
frecuencia se describe con el término de "estramonio". Los cristales
de biurato de amonio pueden existir como esferoides de color amarillo castaño
sin espículas, aunque esta forma no es muy común. En la figura 4 se observan
cristales hallados en orinas alcalinas.
Los cilindros urinarios se forman en la luz de los
túbulos del riñón. Reciben ese nombre porque son moldeados en los túbulos.
Pueden formarse por precipitación o gelificación de la mucoproteína de
Tamm-Horsfall, por agrupamiento de célula o de otros materiales dentro de una
matriz proteica, por adherencia de células o de material a la matriz, o por
coaglutinación de material en el interior de la luz tubular. Los túbulos
renales secretan una mucoproteína denominada de Tamm-Horsfall que, según se
cree, forma la matriz de todos los cilindros. Algunos cilindros pueden contener
también proteínas plasmáticas, pero por lo general éstas están confinadas en
los gránulos del cilindro. En los cilindros céreos las proteínas plasmáticas
están presentes en la distribución homogénea.
Los factores que intervienen en la formación de los
cilindros son los siguientes: estasis urinaria (disminución del flujo de
orina), acidez incrementada, elevada concentración de solutos y la presencia de
constituyentes anormales iónicos o proteicos. La formación de cilindros por lo
general tiene lugar en los túbulos dístales y colectores, porque es allí donde
la orina alcanza su concentración y acidificación máxima. Los cilindros se
disuelven en orinas alcalinas, en orinas neutras de densidad 1,003 o menos. La
presencia de cilindros en la orina se acompaña con frecuencia de proteinuria,
pero pueden observarse cilindros en ausencia de proteinuria.
Los cilindros poseen caras casi paralelas y extremos
redondeados o romos; varían en forma y tamaño de acuerdo con lo túbulos donde
se forman. Pueden ser contorneados, rectos o curvos; su longitud es variable.
Los cilindros anchos, que pueden tener un diámetro de dos a seis veces superior
al de los cilindros comunes, se forman en los túbulos dilatados o atrofiados
por procesos patológicos, o en túbulos colectores. Los cilindros anchos con
frecuencia se denominan cilindros de la insuficiencia renal.
CILINDROS
HIALINOS.
Son los que se observan con mayor frecuencia en la
orina. Están formados por la proteína de Tamm-Horsfall gelificada y pueden
contener algunas inclusiones que se incorporan estando el cilindro en el riñón.
Como están formados solamente por proteína, tienen un índice de refracción muy
bajo y deben ser buscados con luz de baja intensidad. Son incoloros, homogéneos
y transparentes y por lo general tienen extremos redondeados.
CILINDROS
ERITROCITARIOS.
La presencia de cilindros eritrocitarios significa
hematuria de origen renal; son siempre patológicos. Son por lo general
diagnóstico de enfermedad glomerular; se encuentran en la glomérulonefritis
aguda, en la nefritis lúpica y otros padecimientos.
Los cilindros eritrocitarios pueden tener color
castaño o ser casi incoloros. Pueden estar formados por pocos glóbulos rojos en
una matriz proteica, o bien por muchas células aglomeradas sin matriz visible.
Si los hematíes se encuentran intactos y su forma puede detectarse se denominan
cilindros eritrocitarios. Si se produce degeneración del cilindro y éste pasa a
ser un cilindro granuloso de color castaño rojizo, se trata de un cilindro hemoglobínico
o hemático.
CILINDROS
LEUCOCITARIOS.
La mayoría de los leucocitos que aparecen en los
cilindros son neutrófilos polimorfonucleares. En el cilindro puede haber unos
pocos leucocitos o bien puede estar formado por muchas células. Si las células
se encuentran aún intactas pueden observarse los núcleos con claridad, pero al
comenzar la degeneración de los elementos celulares las membranas desaparecen y
el cilindro adquiere un aspecto granular.
CILINDROS
GRANULOSOS.
Los cilindros granulosos pueden formarse a partir de
la degeneración de cilindros celulares, o bien por la agregación directa sérica
en una matriz de mucoproteína de Tamm-Horsfall. Inicialmente los gránulos son
de gran tamaño y su aspecto es tosco, pero si la orina permanece en reposo
durante un tiempo prolongado se destruyen y se forman gránulos de aspecto más
delicado.
CILINDROS
DE CÉLULAS EPITELIALES.
Los cilindros epiteliales se forman como consecuencia
de la estasis urinaria y de la descamación de células del epitelio tubular.
Las células epiteliales pueden estar ordenadas en el
cilindro en hileras paralelas o carecer de ordenación, varían en tamaño, forma
y estadio de degeneración. Se piensa que las células que aparecen en hileras
paralelas provienen del mismo segmento tubular, mientras que las que no tienen
ordenación provienen de diferentes porciones del túbulo.
CILINDROS
CÉREOS.
Éstos poseen un índice de refracción muy elevado, son
amarillos, grises o incoloros y tienen un aspecto uniforme y homogéneo. Con
frecuencia aparecen como cilindros anchos y cortos de extremos romos o
cortados, y a menudo sus bordes son serrados o de aspecto resquebrajado.
Se ha postulado que pueden formarse a partir de la
degeneración de cilindros granulosos.
CILINDROS
GRASOS.
Son aquellos que incorporaron gotitas de grasa libre o
bien cuerpos ovales grasos. Pueden contener sólo unas pocas gotitas de grasa de
diferente tamaño. Si la grasa es colesterol, las gotitas serán anisotrópicas,
formadas por triglicéridos, no polarizan la luz.
Otras estructuras que pueden aparecer en la orina son:
bacterias, hongos, cilindroides, espermatozoides, moco y grasa.
BACTERIAS.
Normalmente en la orina a nivel renal y vesical no
existen bacterias, pero puede contaminarse por bacterias presentes en la
uretra, en la vagina o procedentes de fuentes externas. Cuando una muestra de
orina fresca correctamente recolectada contiene gran número de bacterias, y en
especial cuando esto se acompaña de muchos leucocitos, por lo general es índice
de infección del tracto urinario. La presencia de bacterias se informa de
acuerdo a su número (pocas, moderada cantidad, etc.) pero en el examen de
rutina no se realizan estudios para identificar el organismo exacto.
HONGOS.
Las células micóticas son uniformes, incoloras, por lo
general de forma ovoide con pared de doble refringencia. Pueden tener diferente
tamaño y con frecuencia muestran gemación. A veces se las puede confundir con
glóbulos rojos pero, a diferencia de éstos, no son solubles en ácido ni álcalis
y no se tiñen con eosina.
CILINDROIDES.
Son estructuras que se asemejan a cilindros, pero uno
de sus extremos remata en punta como una hebra de moco. Se desconoce el sitio
exacto y el mecanismo de su formación, pero por lo general aparecen junto a los
cilindros se considera que tiene la misma significación.
ESPERMATOZOIDES.
Pueden existir espermatozoides en la orina masculina
después de convulsiones epilépticas, poluciones nocturnas, enfermedades de los
órganos genitales y en la espermatorrea. Pueden también observarse en orinas de
ambos sexos después del coito. Los espermatozoides tienen cuerpo oval y cola
larga, delgada y delicada.
FILAMENTOS
DE MOCO.
Son estructuras de forma acintada, largas, delgadas y
ondulantes que pueden mostrar tenues estriaciones longitudinales. Algunos de
los filamentos más anchos pueden confundirse con cilindroides o cilindros
hialinos. Los filamentos espesos tienden a incorporar leucocitos.
CUERPOS
OVALES GRASOS Y GOTITAS DE GRASA LIBRE.
En la orina puede existir grasa en forma de gotitas o
glóbulos libres, en el interior de células en proceso de degeneración o
necróticas (cuerpos ovales grasos) o incorporada en cilindros.
Por lo común los cuerpos ovales grasos se definen como
células del túbulo renal que contienen gotitas de grasa altamente refringentes.
Su presencia se debe a la incorporación de grasa filtrada a través del
glomérulo en el interior de la célula o la degeneración grasa de células
tubulares.
Los lípidos pueden aparecer en la orina también como
gotitas de grasa libre, que con frecuencia varían de tamaño por coalescencia de
los glóbulos. Las gotitas de grasa son altamente refringentes, de forma
globular y con frecuencia de color amarillo-castaño, aunque con poco aumento o
con luz atenuada pueden ser negros debido a su elevado índice de refracción.
Una variedad de objetos extraños pueden encontrarse en
la muestra de orina durante la recolección, al transportarla, mientras se
realiza el estudio o estando sobre el portaobjetos.
CRITALES
DE ALMIDÓN.
Aparecen con frecuencia en la orina. Tienen forma
redondeada u oval, son altamente refringentes y de tamaño variable. El tipo de
almidón más común que se observa en la orina es el de maíz, posiblemente porque
algunas marcas de talco lo contienen.
Los cristales de almidón de maíz (maicena) son casi
hexagonales y presentan en el centro una indentación irregular.
FIBRAS.
Las fibras de tela son sin duda, el tipo de cuerpo
extraño que se observa con mayor frecuencia en la orina. Provienen de ropas,
pañales, papel higiénico, o pueden ser hilachas del aire. Las fibras largas y
planas se reconocen con facilidad, pero las cortas y aproximadamente del mismo
tamaño que los cilindros pueden ser confundidas con éstos, incluso por algunos
"expertos en el análisis de orina".
GOTITAS
DE ACEITE.
Las gotitas de aceite en la orina son consecuencia de
la contaminación por lubricantes. Tienen forma esférica y tamaño variable.
ESTRUCTURAS
DIVERSAS.
Entre los demás tipos de material extraño que puede
encontrarse en el sedimento pueden mencionarse: cabellos, fragmentos de vidrio,
así como marcas o rayas en el portaobjetos, burbujas de aire, gránulos de polen
y partículas de talco, por lo general formadas por silicatos; tienen, por lo
tanto, formas anguladas.
La orina puede estar contaminada por materia fecal, en
consecuencia puede contener fibras de vegetales, fibras de músculo y hebras de
tejido. Deben reconocerse estas estructuras como contaminación fecal.
Ocasionalmente pueden encontrarse parásitos en la
orina, sea porque ocupan el tracto urinario, sea como resultado de
contaminación fecal o vaginal.
La Tricomonas vaginalis es el
parásito que mas a menudo se observa en la orina. Es un organismo flagelado que
tiene aproximadamente el mismo tamaño de un leucocito grande. En el extendido
mojado y sin tinción su presencia no debe informarse a menos que tenga
movilidad. Pueden encontrarse huevos y en ocasiones también el adulto hembra
del Enterobius vermicularis (oxiuro), quizá incluso con más
frecuencia que los que se creía. Los huevos tienen forma muy característica;
una de sus caras es plana y otra redondeada, a través de su cáscara
transparente se puede observar, por lo general, la larva en desarrollo.
El Schistosoma haematobium es un gusano trematodo que habita
en las venas de la pared de la vejiga. El adulto deposita sus huevos en los
capilares de la mucosa. Alrededor de los huevos se forman abscesos. En la orina
pueden encontrarse huevos acompañados de hematíes y leucocitos.
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