La
Micología es la rama de la Biología que tiene por objetivo el estudio de los
hongos. Con algunas excepciones, los integrantes del reino Fungí poseen las
siguientes características: Son eucariontes, aerobios, macro o microscópicos,
heterótrofos, la nutrición la efectúan mediante la secreción de enzimas
(exoenzimas) que digieren la materia orgánica antes de ingerirla (absorción) y
es almacenada en forma de glucógeno, poseen crestas mitocondriales en placa,
membrana celular constituida por ergosterol, quitina como principal componente
de la pared celular, la síntesis de la lisina la efectúan por el intermediario
ácido alfa-amino-adípico (AAA) y se reproducen por propágulos denominados
esporas.
Todas
esas características contribuyen a que los hongos se encuentren o invadan
hábitats muy diversos (son organismos ubicuos) y cumplan una de las funciones
más importantes en el ecosistema que es la degradación de material orgánico.
Se
han descrito alrededor de 70 000 especies de hongos, pero se considera que
puede haber 1.5 billones de ellas (Hawksworth et al., 1995). De toda esta gran
biodiversidad, aproximadamente el 10% constituye el grupo de hogos estudiados
dentro de la Micología Médica.
La taxonomía de los hongos que
producen enfermedad en el humano ha cambiado, en gran medida debido al rápido
desarrollo de técnicas de secuenciación de DNA. El número de especies de hongos
potencialmente patógenos ha aumentado de manera importante. Muchas de estas
especies forman parte de complejos, y muestran entre ellas diferencias en
virulencia y respuesta al tratamiento, por lo que es necesaria la
identificación para el manejo adecuado de los pacientes.
Las
hifas son estructuras cilíndricas, cenocíticas (aseptadas) o tabicadas (con
septos), generalmente multinucleadas. Crecen por el ápice (elongación) y pueden
hacerlo en cualquier dirección, incluso dentro del sustrato. Un conjunto de
hifas se denomina micelio y cuando alcanzan cierto tamaño se dice que forma
colonias.
Las
levaduras presentan formas diversas, esférica, ovoide, elipsoidal y cilíndrica;
crecen de forma isodiamétrica (por todos lados) constituyendo la parte
vegetativa y en poco tiempo se reproducen asexualmente por gemación, fisión
binaria o fragmentación. Algunas levaduras forman cadenas, estructuras a las
que se denomina seudohifas (por lo que la agregación de varias de ellas se
conoce como seudomicelio). Las colonias generalmente son poco elevadas y de
consistencia suave, cremosa, y su color oscila, en general, entre el blanco -
amarillo, aunque algunas contienen pigmentos carotenoides.
En
la Micología Médica se consideran los hongos dimórficos. Habitualmente, en
estos casos, se identifica una forma infectiva, y una forma parasitaria, la
primera presente en la naturaleza, la segunda en el hospedero.
Reproducción.
Los
hongos, durante la fase vegetativa (de nutrición y crecimiento), son haploides en
la mayor parte de su ciclo de vida. El micelio vegetativo crece dentro o sobre
el sustrato y absorbe los nutrientes; desarrolla hifas aéreas, las cuales
generalmente constituyen la porción más visible de la colonia, y en las que se
diferencian hifas fértiles, que son reproductivas y formadoras de esporas.
El
ciclo de vida inicia con la germinación de una de las esporas, prosigue con el
crecimiento en un sustrato, aumenta la biomasa, y termina nuevamente con la
esporulación y la diseminación de los propágulos.
La
reproducción puede ser asexual (mitosis) o sexual (meiosis), y pueden
presentarse simultáneamente. La reproducción sexual inicia con la plasmogamia
(fusión de membranas) de dos gametos haploides; se acercan los núcleos y
posteriormente ocurre la cariogamia, formando el cigoto diploide (2n) y
finalmente ocurre la meiosis para reestablecer la condición haploide; así que 2
núcleos haploides darán lugar a 4 nuevos núcleos recombinados haploides. Esta
recombinación genética proporciona grandes ventajas para invadir o resistir en
ambientes desfavorables. Algunas especies pueden “retardar” el proceso de
meiosis y permanecer en una condición dicariótica (n+n), una forma de resistir
condiciones desfavorables.
De
forma esquemática podríamos escribir: Fase vegetativa haploide --- plasmogamia
--- cariogamia --- meiosis --- esporas haploides --- fase vegetativa haploide.
Dependiendo del phylum del hongo, las esporas sexuales son producidas en
estructuras especializadas como ascas o basidios y son denominadas: Cigosporas,
ascosporas o basidiosporas.
Por
otra parte, la reproducción asexual solamente incluye: fase vegetativa heteroploide
(n, 2n, 4n) --- mitosis—esporas heteroploides --- fase vegetativa heteroploide.
La ventaja de este tipo de reproducción es el gran número de esporas que se
forman, así como la rapidez con que se lleva a cabo el proceso. Los hongos
filamentosos pueden reproducirse por la simple fragmentación de las hifas o
mediante la formación de estructuras especializadas (células conidiógenas o
esporangios), mientras que las levaduras se reproducen por gemación, fisión
binaria o fragmentación. Las esporas de origen asexual se agrupan en: Conidios
y esporangiosporas.
Factores
de virulencia de los hongos.
El
curso de las enfermedades micóticas, lo determina la interacción del agente con
los diferentes mecanismos de defensa naturales y específicos del huésped.
Las
esporas o fragmentos de micelio de un hongo patógeno, pueden permanecer
latentes o germinar sobre la superficie del huésped o si son inhaladas, en los
alveolos de los pulmones, las hifas resultantes pueden penetrar los tejidos,
colonizarlos, reproducirse y dispersarse, alterando la fisiología del huésped y
causando enfermedad.
En
el humano, los sistemas de defensa generalmente son efectivos, ya que la
mayoría de los hongos que están en el ambiente, no causan enfermedad. El
sistema inmune de los mamíferos involucra factores tanto innatos (complemento,
fagocitosis, procesos inflamatorios, quimiotaxis) como adaptativos (células y
anticuerpos específicos), cuya principal función es mantenernos limpios de
agentes infecciosos; sin embargo, existen situaciones que debilitan esas
defensas naturales o adquiridas, haciendo susceptible al huésped.
Los
factores de virulencia serán aquellas “propiedades”, generalmente moléculas,
que permiten al hongo causar daño o enfermedad en quien lo hospeda.
El
desarrollo o expresión de tales factores, comienza por estímulos externos a la
célula fúngica. Esos estímulos activan cascadas de señalización que provocan
compuestos protectores (p. ej: enzimas, determinantes antigénicos, receptores),
causantes a su vez del desarrollo de la patogénesis. Existe una compleja red de
interacciones que incluyen la participación de muchas moléculas, tanto por
parte del huésped como del hongo, que permiten la expresión de diversas vías;
el resultado de esa interacción, será evaluado (enfermedad o no) según el nivel
de daño causado en el huésped.
LO
BUENO Y LO MALO
Los
hongos producen metabolitos secundarios y el hombre los procesa para diferentes
industrias como: panadería, cervecería, quesería, en la producción de
antibióticos (penicilinas, cefalosporinas), inmunodepresores (ciclosporina),
hormonas y esteroides, ácidos orgánicos (ácido láctico y el ácido cítrico
empleado en la elaboración de un refresco de gran consumo), enzimas (celulasa,
catalasa, amilasa, renina). Saccharomyces cerevisiae es una levadura valiosa no
únicamente por su valor comercial sino como sistema modelo en estudios de
genética eucariota.
Los
hongos simbiontes tienen relaciones beneficiosas con otros organismos. Ejemplos
de ésto son los líquenes, asociaciones de hongos con algas o cianobacterias
cuya relación íntima les permite colonizar diferentes sustratos, incluso rocas,
que de manera independiente son incapaces de degradar y las micorrizas,
asociaciones de hongos y raíces de plantas cuya interacción favore el
crecimiento de la planta y la obtención de nutrientes por parte del hongo en
suelos que les son desfavorables. También presentan relaciones simbióticas con
insectos, como las hormigas y termitas.
Los
hongos tienen un papel esencial en la descomposición de la celulosa, con la
producción de bióxido de carbono y agua; por otra parte, representan pérdidas
económicas al degradar papel, telas, cuero, hidrocarburos y otros productos; el
aspecto útil es su responsabilidad en el reciclaje de la madera en los bosques
y su empleo para la bioremediación de suelos contaminados por materiales
tóxicos. Degradan casi todo, con excepción de algunos plásticos y pesticidas.
Por
otra parte, son causa de pérdidas económicas en la producción agrícola y
ganadera debido a las enfermedades que causan a animales y plantas.
IMPORTANCIA
EN LA MEDICINA
Los
hongos pueden causar en el humano: Hipersensibilidad (alergias), infecciones
(micosis) e intoxicaciones (micotoxicosis y micetismos).
Las
alergias por hongos son padecimientos causados por una reacción de
hipersensiblidad del humano hacia esporas o fragmentos de hifas (alérgenos
fúngicos). Los cuadros clínicos presentados son cutáneos o gástricos, pero los
más comunes son de origen respiratorio.
En
general, las micotoxicosis se adquieren por consumir alimentos de origen
vegetal (especialmente semillas y granos de leguminosas y oleaginosas), sobre
los cuales hongos filamentosos crecieron, contaminando al vegetal con
metabolitos tóxicos o micotoxinas (producto del crecimiento natural sobre el
sustrato). La identificación de micotoxinas en granos almacenados para consumo
humano o para animales implica su desecho.
Los
micetismos o ingestión de ciertos macromicetos por recreación, equivocación o
con objeto de tener una "experiencia mística" es origen de severas
intoxicaciones (micetismo).
Las
infecciones de origen fúngico se denominan micosis (superficiales, cutáneas,
subcutáneas, sistémicas, oportunistas).
La
adquisición de una micosis, depende a menudo de factores predisponentes, tales
como edad, ocupación, embarazo, quemaduras, inmunodepresión, quimioterapia,
radiación, uso de catéteres, procesos malignos o enfermedades metabólicas en
las personas. Las formas infectantes se adquieren habitualmente del ambiente,
ya sea por contacto directo (dermatofitos) por inhalación (p. Ej: Coccidioides)
o lesiones de continuidad (Sporothrix). Otras, se pueden contraer o provienen
de la microbiota normal, como sucede en la micosis oportunista ocasionada por
Candida.
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