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jueves, 10 de mayo de 2018

Como alimentar a mi bebe



¿Pecho o biberón?

Los expertos en medicina afirman que la lactancia materna es lo mejor para un recién nacido. Específicamente, la Academia Americana de Pediatría (AAP) recomienda que los bebés se alimenten exclusivamente de leche materna durante aproximadamente los primeros seis meses de vida. Después de la introducción de los alimentos sólidos en la dieta del bebé, la lactancia materna debe proseguir durante el primer año de vida del bebé e incluso durante más tiempo, si así lo desean la madre y el bebé.
La lactancia materna puede no ser posible o preferible en todos los casos. La decisión entre dar el pecho o el biberón a un bebé se suele basar en lo cómoda que se siente la madre dando el pecho a su hijo y en su estilo de vida. En algunos casos, la lactancia materna puede no ser recomendable para la madre y/o para el bebé. Si tiene preguntas sobre si debería dar el pecho a su hijo, hable con su pediatra.
Recuerde que las necesidades emocionales y nutricionales de su bebé quedarán satisfechas independientemente de que usted opte por amamantarlo o por darle el biberón.

Sobre la lactancia materna

Dar el pecho a su recién nacido tiene muchas ventajas. Tal vez lo más importante de todo es que la leche materna es el alimento perfecto para el sistema digestivo del bebé humano. Contiene los nutrientes que necesita un recién nacido, y todos sus componentes (lactosa, proteínas -suero y caseína- y grasa) son fáciles de digerir por un lactante. Las leches artificiales para bebés (o leches de fórmula) comercializadas intentan imitar a la leche materna y se le acercan bastante, pero no consiguen reproducir su composición exacta.
Asimismo, la leche materna contiene anticuerpos que ayudan a proteger a los bebés de una gran variedad de enfermedades infecciosas, como las diarreas y las infecciones respiratorias. Las investigaciones indican que los bebés amamantados son menos proclives a desarrollar ciertos problemas médicos, como la diabetes, la hipercolesterolemia (colesterol alto), el asma y las alergias. La lactancia materna también reduce las probabilidades de que un bebé desarrolle sobrepeso u obesidad más adelante.
La lactancia materna también es buena para las madres. Quema calorías y ayuda a reducir el tamaño del útero, lo que ayuda a volver a estar en forma más deprisa. Amamantar a un bebé también protege a las madres del cáncer de pecho y de ovarios.
Algunas madres comprueban que dar el pecho es más fácil y más rápido que dar el biberón; no se necesita ningún tipo preparación y no se pueden quedar sin leche a media noche. Además, la lactancia materna es más barata. Las madres que amamantan a sus bebés necesiten comer más y pueden tener que comprar una mayor cantidad de sujetadores y almohadillas de lactancia y/o adquirir bombas de extracción de leche. Pero estos gastos suelen ser menores que el precio de la leche de fórmula para bebés.
Dar el pecho a un bebé satisface distintas necesidades emocionales, tanto de la madre como del bebé: el contacto piel a piel entre ambos favorece la conexión emocional y el hecho de proporcionar una alimentación completa al bebé puede ayudar a una madre primeriza a ganar confianza en su capacidad para cuidar de su recién nacido.

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